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0.3: PREAVISOS: NO EXTRAPOLAR.

Los Géneros no son ni Clases, ni Castas, ni Razas, ni Pueblos, ni Comunidades. Se debe tener mucha precaución con las analogías inmediatas entre todo ello: hay diferencias significativas de propiedades.

Hay un peligro en trasladar la modelización de unos conflictos a otros con el piloto automático puesto, en aplicar al estudio del sexismo, por ejemplo, los modelos provenientes del estudio del racismo.

No es ahora el momento de profundizar en ello, pero si podemos adelantar algo: la relación entre los géneros (y más concretamente, entre mujeres y hombres) es mucho más vinculante que la que se da entre las razas o las clases;

toda sociedad humana (estabilizada) es una mancomunidad sexual, o de género, incluso aunque no lo fuera de una manera voluntaria.

Porque los géneros no funcionan exactamente igual que las castas. Puede haber cosas en común, pero muchas otras no. Con la aplicación de la llamada «interseccionalidad» se nos coloca en bandeja una homologación de todas las revindicaciones, y todo parece más comodo. Pero el género lo que necesita para evolucionar y liberarse de ataduras no es solo reivindicación y lucha,

lo primero que necesita el género es estudio, conocimiento y entendimiento.

Tampoco los problemas por discriminación son todos iguales, no manifestándose del mismo modo la marginación por raza que la marginación por género o que la marginación por clase social: cada caso tiene sus propias características (e hilando más fino,

la conflictividad entre diferentes no se reduce a la sola cuestión de la discriminación,

por cierto). No es tan fácil como podemos creernos el saltar de la casta al sexo, del obrero a la raza, etc. Las circunstancias entre mujeres y hombres no son en todo equivalentes a las que se dan entre ricos y pobres (o entre personas de color y “rostros pálidos”, etc).

El enfoque conjunto presenta sus ventajas pero también su inconveniencia: el olvido de un estudio específico para cada problema. Un riesgo de la interseccionalidad es, precisamente, la pérdida de dicho sentido de lo específico:

no todos los cánceres son del mismo tipo ni requieren el mismo tratamiento…


Por todo ello se pide prudencia, a la hora de extrapolar la lógica de una teoría que piensa al género a otras identidades, tales como la raza o la casta.

Un ejemplo extremo puede resultar crudo pero ser muy elocuente: sabemos que un pueblo o nación puede llegar a exterminar a otro, igual que una raza podría causar el exterminio de otra (nos parece plausible en teoría, porque tampoco consta que haya sucedido nunca, al menos en términos absolutos). Pero

resulta inimaginable pensar que mujer y hombre pudieran exterminarse el uno al otro, o la otra al uno.

Sin entrar en pormenores (dejemoslo por ahora en un «se necesitan»), esto ya nos indica que las circunstancias de género y raza no van a ser equiparables en todo.

Se ruega, en definitiva, que no se apliquen reglas de tres sobre una teoría como la que se avecina en estas páginas (y que promete poner patas arriba el género), y que no se trasladen sus conclusiones, por inducción y de manera automática, a otras secciones problemáticas como la raza o la clase (y en general, a otros órdenes del pensamiento). O cuanto menos, procédase con suma prudencia al intentarlo.

-Porque «intra-secciones» queda tanto por resolver…


Equigenerisma




Y terminada la introducción…

Prepárense para el impacto.
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0.2: AUTOCUESTIONARIO

Empecemos por lo que nos trajo hasta aquí, ¿esto de qué va?

Este sitio trata acerca del Género.


Perdona que insista, pero, ¿y de qué género se trata?

Del Género “sexual”.

Ah, entendido, pero y entonces, ¿esto es feminista o es “contrafeminista”, o sea, va a favor del feminismo o va en contra? ¿O es LGTBIQ+, ideología de género, o qué es?

Es una teoría innovadora.

¿Pero qué beneficio, cuanto de bueno puede traernos “lo nuevo”?

En este caso, una mirada más completa sobre la realidad del Género, mucho más avanzada que la visión limitada que tenemos ahora. Por destacar algo entre tanto, la nueva perspectiva no resulta maniquea ni culpabilizadora:

en el x-género no hay buenos ni malos, y a los problemas no se les buscará un culpable, sino que se les hallará una solución…

¿Quién es el autor o autores? ¿Cuántas personas sois o eres? Y por cierto, ¿eres/sois mujer, hombre o LGTBIQ+?

Soy una idea que no tiene género.

¿Y con qué Periodicidad se publicará?

Mensual. Una entrada al mes, la dosis suficiente para dinamitar todo lo que creemos saber, y a su vez, el tiempo necesario para poder asimilarlo…

¿Y esto es todo? ¿No quedan más preguntas por responder?

Siempre hubo y siempre habrá preguntas por responder. Afortunadamente, ¿o no sería aburrido saberlo todo y desde ya? Con respecto a este autocuestionario, decir que irá cambiando y evolucionando según devenga necesario, esto es, a medida que entremos en materia…


Equigen

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0.1: PRELUDIANDO EN MATERIA

GÉNERO SOMOS TODOS

Todas somos Género,

el género es cosa de todos y también ha de serlo quien se ocupe de ello – llámese feminismo o como quiera- .

Os va a costar algo creerlo, pero podéis darlo por seguro: el macho vive en la mujer del mismo modo que la fémina se encuentra en el hombre. Y siempre han estado allí, de hecho.

Los géneros tampoco se dividen en compartimentos estancos. Mirando hacia mujer y hombre -ese dúo inevitable-, no nos parecen dos sentimientos independientes, puesto que nos identificamos las unas con los otros y los unos con las otras. Las personas empatizan con los demás. En primer lugar y en última instancia,

somos Persona antes que Género.

No estaría de más recordarnos, en consecuencia con ello, que

toda violación (y toda violencia) es un crimen contra la sociedad, no solo contra la mujer.

¿CUÁL ES EL PROBLEMA DEL GÉNERO?

Lo interesante de la etapa actual es que nos hemos dado cuenta de que en el género fallan cosas: hay tantas que no van bien que no cabe duda de que algo concerniente al género nos agobia.

¿Cuál será ese problema, es decir, cuál es el problema del género y en qué consiste? Esa es una buena pregunta que tiene una respuesta no tan complicada, salvo por un detalle: aún no hemos dado con ella (ya que

nos hallamos mirando hacia un lado en lugar de hacia delante).

En virtud del Equigenerismo, la solución ha sido hallada y quedará esclarecida…

LA LIBERACIÓN DEL GÉNERO

El cambio al que llevamos tiempo asistiendo no es únicamente el de la liberación de la mujer, sino una transformación que alcanza más allá de lo que imaginamos: es una liberación de los sexos.

La mejor noticia es que no es preciso detenernos -en este movimiento liberador ya iniciado-, al contrario, hay que avanzar todavía con más fuerza y convicción. No hay que dar marcha atrás en nada, más bien ¡¡acelerar en todo!!.

Hay un proceso que no se detiene, y es la toma de conciencia de sí misma que la sociedad históricamente va adquiriendo. Y el género se ha colado entre sus asuntos prioritarios.

Sin ir más lejos, al Feminismo podríamos (re)definirlo como un estadio, concretamente,

el estadio actual en la autoconsciencia de género de la sociedad humana.

PARADOJAS FEMINISTAS

Hemos creado el feminismo atendiendo a una necesidad, pero sin embargo, no podemos dejar de discutir y cuestionarlo, desde fuera y desde dentro, incesantemente. Aquí tenemos, por tanto, una paradoja:

tod@s necesitamos el feminismo, pero a su vez, nadie queda totalmente satisfecho con él

¿A qué se debe? Si es que esto fue un misterio, podemos confirmar que ha dejado de serlo: mediante el Equigen lo sabremos…

Lo que estamos viviendo actualmente es más bien una agudización de la doctrina feminista (la etapa anterior a un avance real, a una transformación). La mujer es más antigua que el feminismo, y por supuesto que va a sobrevivirle, o sea, va a durar mucho más que él.

No nos equivoquemos, el feminismo no son las feministas, el feminismo es hoy el conjunto de la sociedad: de hecho el conjunto de nuestra época al completo, al menos en Occidente. Incluso el «antifeminismo» también es una manera de feminismo (como veremos). Aquí cabría añadir una (im?)pertinente observación:

todos somos feministas cuando nos conviene, pero todas dejamos de serlo mientras no nos interesa…

La acción feminista es un medio para conseguir algo, no puede ser un fin en sí mismo. Si negamos esto, nos asomamos de frente a la enajenación.

EL FEMINISMO ES SOLO UN PRIMER PASO

El feminismo es solo un comienzo, y se constituye en nuestra iniciación en el pensamiento y comprensión del género. Lo repetimos:

el feminismo no es más que un primer paso.

Tan solo con llegar a tomar consciencia de ello, ya habremos avanzado. Si vemos el feminismo como una fase y no como la meta, no como la parada final, ya habremos ganado un montón. Y es lo cierto que dicho primer paso nos ha llevado más de 100 años darlo, pero aún así, es necesario que sigamos la andadura, que sigamos adelante. No tenemos que quedarnos donde estamos, hay que seguir evolucionando.

Que el paradigma feminista es un estadio transitorio, que de hecho no puede ser más que pura transición, es algo de lo que nos daremos plena cuenta cuando conozcamos el XG.

Con el movimiento feminista se ha emprendido un camino, el del Género, que no ha hecho sino empezar. Lo que hay que hacer en ningún caso es desandarlo, bien al contrario, hay que continuarlo y llevarlo mucho más hacia adelante.

PENSAR LO BINARIO

El “heterogénero” está insuficientemente pensado. Porque, ¿quién lo piensa?

Los ideólogos de genero son grandes cuestionadores del género normativo, pero no son grandes pensadores “acerca de” dicho género normativo.

Si quieres entenderte a ti mismo, preocúpate por conocer al otro.

Esta es una consigna tan buena que debe aplicarse en todas direcciones. Es por esto que si no pensamos lo heterosexual, o incluso, si no pensamos al varón, cometemos negligencias que perjudican el auto-entendimiento, incluido el de quienes no son ninguna de las dos cosas.

Habrá pues que re-pensar si el “binarismo” es asunto exclusivo de los heteros.

Pensemos lo binario, que no es lo mismo que pensemos en binario.

Y por añadidura, no dejemos el estudio de las relaciones mujer-y-hombre en las privativas manos del feminismo.

Hace tiempo que consideramos al género en binario como una prisión. Pero deberíamos estudiarlo y conocerlo mejor, aunque solo fuera para saber bien cual es la verdadera dimensión de sus barrotes.

TÉRMINO VISIONARIO

Llegaremos a verlo:

el feminismo es la oruga y la Equigena es la mariposa.

Hasta que no despeguemos nuestras alas no podremos volar.

Y mientras que nadie lo ve (ni nos mira), el Género continua moviéndose.

Equigena